Ya en los años 30 las colectividades más numerosas de
extranjeros provenientes de Europa, luego de instalarse en nuestro país se
organizaban y reunían en puntos de encuentro para mantener viva la llama de sus
costumbres y su cultura. Españoles e italianos son varios los clubes de barrio
que hoy en día podemos encontrar, porque gran parte de ellos surgen de la
necesidad de buscar un lugar de pertenencia dentro de sus comunidades.
Para averiguar acerca de dónde y cuándo se organizan estos eventos, pueden visitarse sus páginas oficiales. Aunque en el grupo público de Facebook, que ya alberga más de 19 mil miembros, ya se generan puntos de encuentro previamente entre hablantes de cierto idioma, o quien busca hacer algo luego de pasar el rato.
Hoy, en pleno siglo XXI, el barrio de Palermo parece
acobijar a aquellos turistas, estudiantes de intercambio y meras personas que
deciden aventurarse en busca de nuevos amigos, buscar pareja o simplemente
charlar con tragos largos y silencios incómodos. Siempre y cuando ambas
personas tengan un idioma que los una.
Mundolingo es la nueva alternativa para una fiebre de sábado
por la noche en la ciudad de Buenos Aires. Te da la posibilidad de
encontrarte con personas que hablen su mismo idioma, en caso de ser extranjero,
o fortalecer su segunda lengua con cervezas y música de por medio que
descontracture cualquier inseguridad a la hora de enfrentar a su pareja
designada mesa a mesa con tu idioma como escudo.
Entre bares y comensales bilingües
El evento se organiza previamente vía redes sociales. Cada fin de semana, los organizadores dan a conocer el bar donde será el punto de encuentro y avisan con anticipación que no es necesario tomar reserva, ir acompañado o con previo aviso. Tampoco se necesita comprar una entrada, el ingreso es gratuito. La única diferencia que los separa de sentarte con amigos a compartir unos tragos en cualquier otro lugar es la idea de conocer personas que puedan aprender un idioma conociéndose.
El evento se organiza previamente vía redes sociales. Cada fin de semana, los organizadores dan a conocer el bar donde será el punto de encuentro y avisan con anticipación que no es necesario tomar reserva, ir acompañado o con previo aviso. Tampoco se necesita comprar una entrada, el ingreso es gratuito. La única diferencia que los separa de sentarte con amigos a compartir unos tragos en cualquier otro lugar es la idea de conocer personas que puedan aprender un idioma conociéndose.
Para no prestar a confusiones, en la entrada se entregan
banderas para que quien te vea sepa cuáles son los idiomas que sabes hablar. Luz
tenue, bebidas frías y camisetas con pines de Brasil, Nueva Zelanda, Argentina, Estados Unidos. La Rusa parece ser la menos
requerida, junto a China, Korea y cualquier otro país que no tenga hablantes tan
distribuidos en la tierra como sí los tiene el inglés y español.
Para averiguar acerca de dónde y cuándo se organizan estos eventos, pueden visitarse sus páginas oficiales. Aunque en el grupo público de Facebook, que ya alberga más de 19 mil miembros, ya se generan puntos de encuentro previamente entre hablantes de cierto idioma, o quien busca hacer algo luego de pasar el rato.
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